martes, 23 de noviembre de 2010

Filmaciones inéditas de la Generación del 27



En realidad, la llamada generación del 27 fue un grupo poco homogéneo; habitualmente se les ha solido ordenar por parejas o tríos. Así, por ejemplo, los poetas del Neopopularismo o neopopularistas, Rafael Alberti y Federico García Lorca, dentro de una nómina que fue particularmente bien nutrida, intentan acercarse a la poesía de Gil Vicente y del Romancero, buscando fuentes populares y en el folclore de la Lírica tradicional, algo de ello hay también en la aproximación que hizo Gerardo Diego, después de su etapa Creacionista, a la lírica de Lope_de_Vega gracias a la edición que hizo en ese tiempo José Fernández Montesinos.

Por otra parte, hay dos catedráticos de Filología hispánica que comparten intereses comunes y que incluso fueron amigos y tuvieron trayectorias muy parecidas, pues no en vano su poética es fundamentalmente afirmativa y optimista; se trata de Jorge Guillén, cuya obra poética se recoge bajo el título Aire nuestro y está marcada por la Poesía pura de Paul Valéry y formada por cinco libros (Cántico, Clamor, Homenaje, ...Y otros poemas y Final) y Pedro Salinas, el gran poeta del amor del 27.

El grupo surrealista está más nutrido, pero destaca especialmente el premio nobel Vicente_Aleixandre, seguramente el más original, ya que, según Cernuda, «su verso no se parece a nada», y el que ha venido a ser el poeta más influyente de la generación durante la última mitad del siglo XX, el ya citado Luis_Cernuda. Sin embargo, hubo otros poetas del 27 que notaron el impacto surrealista y que poseen etapas en su evolución marcadas por esta estética: Rafael_Alberti, por ejemplo, compuso la última sección de sobre los ángeles y "Sermones y moradas" en versículo surrealista y Federico García Lorca asimiló su impacto en "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías", "Poeta en Nueva York" y los "Sonetos del amor oscuro". Una etapa surrealista posee, por ejemplo, José María Hinojosa con "La flor de Californía" (con acento en la i) y Emilio Prados.

Son éste último y Manuel Altolaguirre quienes constituyen el llamado grupo de Málaga o de los poetas presuntamente menores, constituido alrededor de la revista Litoral editada por Altolaguirre y su colección de libros poéticos.

Dámaso Alonso, Gerardo Diego vienen a ser, por otra parte, el llamado grupo de los que se quedaron en España, de mala gana y pasando algunos apuros el primero y más a gusto el segundo, y más o menos pactaron con el régimen victorioso en la Guerra Civil (Alonso, que se consideró a sí mismo dentro de la Generación del 27 como crítico, pero dentro de la primera generación de posguerra como poeta) o lo apoyaron abiertamente (Diego). Este último realizó una larga trayectoria poética donde combinó a la vez tradición y vanguardia, muy variada en su temática (desde el toreo a la música y las inquietudes religiosas, el paisaje y los contenidos existenciales); sin embargo, algunos se quedaron, ignorados por el régimen, viviendo en un llamado exilio interior o convirtiéndose de hecho en maestro y guía de toda una nueva generación de poetas (Vicente_Aleixandre). También la homosexualidad es tema ocasional, como lo es en la obra de poetas como Luis Cernuda, Aleixandre, Federico García Lorca, Juan Gil-Albert o Emilio Prados, como también en la obra del pintor Gregorio Prieto

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