viernes, 16 de octubre de 2009

Doma natural

Me encantan los caballos, creo que son inteligente y sensibles, pero no estoy muy de acuerdo en la forma en que los tratan para enseñarles a llevar a la gente encima.

Hace un par de años hice un curso de doma natural con Lucy Rees.

¿Qué es la doma natural?

En la revista "mascotas y hogar" dicen:
No se sabe la fecha exacta en la que se empezó a utilizar este método de adiestramiento, pero la primera constancia que se tiene es que los indígenas ya lo utilizaban por el respeto que le tenían a los caballos, por el trabajo tan importante que realizaban, sobre todo cuando estaban perfectamente domados.

Así, con esta técnica, en épocas de guerra no tenían que utilizar las riendas para manejar al animal, sino que con el cuerpo, mediante gestos o movimientos, el caballo era capaz de obedecer

Sobre como hacerlo explican:

El paso primordial durante los primeros días de contacto es entrar en el recinto y dejar que sea él el que se acerque e inspeccione mediante el olfato, para que en sucesivas ocasiones te reconozca fácilmente. Una vez que ya te perciba, lo más recomendable para mantenerlo contento es dejarlo libre en un campo cercado para que corra a sus anchas y sin limitaciones perceptibles. Además, cuando vayas a dirigirte a él, es preferible hacerlo con voz relajada y baja: al tener el oído muy desarrollado, los sonidos altos le alteran. Si obedece y realiza bien su trabajo, prémiale con algo dulce de recompensa para que se esfuerce por conseguirla constantemente.

Una película donde hablan de doma natural es en "El hombre que susurraba a los caballos"

jueves, 15 de octubre de 2009

Max Scheler

Me estoy leyendo el libro "El resentimiento en la moral" es un libro que escribe Max Scheler en respuesta a Nietzsche que viene a decir que "la caridad (cristiana) es la flor más fina del resentimiento".

En su respuesta Scheler razona que pese a que los cristianos en el día a día dejan mucho que desear, la moral cristiana no tienen nada que ver con el resentimiento. Según él, pese a lo que pueda parecer al verlos, los cristianos no desean, o no deben desear, lo que no tiene. Lo que debe pesarles es que al hacerse conscientes de su felicidad, deseen darse o donarse para compartirla.

Es extraño leer un libro en respuesta a un libro.