martes, 5 de octubre de 2010

Hablemos de Dostoyevski

Casi todos (Tolstói, etc.) eran hombres sanos y sin el aguijón de la necesidad; tenían la posibilidad de meditar y cuidar sus obras; F. M. en cambio, sufría dos penosas enfermedades, tenía el peso de la familia y las deudas y vivía en una cuantiosa incertidumbre por el mañana
Dostoyévskaia, Anna Grigórievna (1978). Dostoyevski, mi marido, p. 126.

Estas características señaladas por Anna, por su parte, ayudan a entender y contextualizar algunas de las frases «pesimistas» —casi románticas— del autor, tales como «La pobreza y la miseria forman a un artista».[64] Sin embargo, este Dostoyevski por momentos «pesimista» no cayó en una «quietud apática» ni mucho menos en un estado de misantropía, sino que mostró un gran interés por el hombre de su siglo y un gran temor por el de los siguientes, en tanto consideraba que el futuro de la humanidad estaba en juego.[53] Esta profunda preocupación por el «hombre del mañana», puede dar una pista, al menos en parte, acerca de la temática y óptica de sus obras, más cercanas a la actualidad (p. ej. cierto estado embrionario de lo que luego sería el psicoanálisis) que las acostumbradas en su época:[54] [53]

El hombre en la superficie de la tierra no tiene derecho a dar la espalda y a ignorar lo que sucede en el mundo, y para ello existen causas morales supremas.
Fragmento. Opinión personal acerca de la sociedad moderna

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