viernes, 1 de octubre de 2010

KAMALA SURAIYA DAS

1934-2009
Poetisa hindú. Escribió en inglés y malayalam, lengua autóctona de Kerala.
Hija de una escritora, escribió su primera obra a los 17 años, su primer gran éxito literario llegó con sus memorias publicadas bajo el nombre de Mi historia, novela que causó un gran revuelo en el país, donde los sectores más conservadores la acusaron de hacer apología del adulterio. Todas obras están repletas de referencias a la sexualidad femenina y al deseo.

En Ingles escribió:

Libros de poemas
Las sirenas (1964)
Verano en Calcuta (1965)
Los descendientes (1967)
La vieja casa de juguetes y otras historias (1973)
Los poemas de Anamalai (1985)
Solo el alma sabe cantar (1996)


Novelas
Mi historia (1976)
Alfabeto del deseo (1997)

Relatos cortos
La prostituta Padmavati y otras historias

En Malayalam escribio:
Pakshiyude Manam (1964)
Naricheerukal Parakkumbol (1966)
Thanuppu (1968)
Balyakala Smaranakal (1987)
Smaranakal Balyakala (memorias de la niñez) (1989)
Varshangalkku Mumbu (1989)
Palayan (1990)
Neypayasam 1991
Dayarikkurippukal (1992)
Neermathalam Pootha Kalam (1994)
Chekkerunna Pakshikal (1996)
Nashtapetta Neelambari (1998)
Chandana Marangal (2005)
Madhavikkuttiyude Unmakkadhakal (2005)
Vandikkalakal


Aunque nació en el seno de una familia hindú, se llamaba Madhavikutty, a los 65 años, diez años antes de su muerte, se convirtió al Islam y adoptó el nombre de Kamala Suraiya

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Un fragmento de su poema "La vieja casa de juguetes"

Planeabas domesticar una golondrina, retenerla
En el largo verano de tu amor para que olvidara
No sólo las frías estaciones y los hogares dejados por el camino, sino
También la naturaleza, la urgencia de volar y los infinitos
Senderos del cielo. No fue para adquirir conocimiento
De otro hombre más que vine a ti, sino para aprender
Quién era yo y el aprenderlo, aprender a crecer, pero cada,
Lección que me diste fue sobre ti mismo. Te complacía
la respuesta de mi cuerpo, su clima, sus frecuentes y superficiales
Contracciones. Babeaste saliva en mi boca, te derramaste
En cada rincón y grieta, embalsamaste
Mi podré deseo con tus jugos agridulces. Me llamaste esposa
Aprendí a trocear la sacarina en tu té, y a
Ofrecer las vitaminas en el momento apropiado. Encogida
Bajo tu monstruoso ego comí del fruto mágico y
Me convertí en una enana. Perdí la voluntad y la razón
A todas tus preguntas murmuraba respuestas incoherentes.
El verano comienza a hacerse pesado.
recuerdo las brisas más fuertes del otoño
y el humo de quemar tus hojas.
Tu habitación tiene siempre luz artificial,
tus ventanas están siempre cerradas.
Incluso el are acondicionado ayuda poco,
Ante el penetrante olor masculino de tu respiración.
las flores cortadas en los jarrones ha comenzado a oler a sudor humano.
no hay más canto, ni baile, mi mente es vieja
Casa de juguete con todas las luces apagadas.
la estrategia del hombre poderoso es siempre la misma,
sirve su amor en dosis letales,
porque el amor es narciso al borde del agua, obsesionado
Por su propio rostro solitario y, sin embargo, debe al fin buscar
Un final, una libertad pura y total, debe desear que los espejos
Se rompan y que la noche amable borre el agua.
"


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